EL ASALTO DE SANTA POLA ….. por Rafael Pérez
En el frío y gris amanecer del 18 de enero “la goleta Media Legua” permanece atracada en el muelle Cervantes. Algo más de una docena de inquietos filibusteros deambulan por cubierta esperando la llegada de su capitán, a quien seguirían si hiciese falta hasta las profundidades del océano que les vio curtirse en mil batallas.
A la hora acordada, ni un minuto más ni menos, tres siluetas se dibujan en la oscuridad. Al centro “Malospelos” capitán del Media Legua, temido e invencible bucanero al que algunos dieron por muerto tras la cruenta batalla de Los Guájares, pero que como el Ave Fénix ha resurgido de sus cenizas para volver a ser el azote de los Mares del Sur. Todos los piratas tienen un lorito que habla en francés, él no… pasa de mariconadas. A la izquierda, Rafalico “Patapalo”, las arrugas de su frente y el ceniza de su pelo le descubren como el más veterano de la expedición y a la diestra su fiel e inseparable guardián “Currito Saltacerrros” convertido desde hace años en su sombra.
La actividad a bordo es frenética, el grumete “Fonso” limpia la cubierta entre rumores de que pronto tendrá galones de oficial; Luisito “El Cristales”, saca brillo a la brújula y limpia el catalejo; “Picoleto Pavón y José María” almacenan la pólvora en la santabárbara; “Los Priego Bomber´s” comprueban el nivel de agua de las cisternas; Juan, Rafa y Francisco, “Los Castreños” estiban víveres y demás enseres; “lady Elvira” nuestra galeno-sacamuelas y sus ayudantes Lourdes y Encarni revisan el instrumental, la enfermería está en buenas manos; Miguel Ángel iza la botavara y José Antonio asegura la mesana y la escala del palo mayor, por la que asciende para otear el horizonte desde su puesto de vigía “Antoñete”, los mejores ojos de la comarca, mientras en el interior del barco, Vicente “Argamasa” revisa la estructura.
Todo está a punto. Tras una breve arenga “Malospelos” da la orden de zarpar. “Solete”, el timonel, suelta la amarra del noray y de ágil brinco se encarama en su puesto, gira el timón y un grito rompe el silencio en la oscuridad…¡¡¡Rumbo a Santa Pooolaaa!!!.
Tras horas surcando olas y desafiando vientos, siguiendo escrupulosamente las anotaciones del cuaderno de bitácora “Malospelos” ordena tocar tierra. Con esmerada maestría “Solete” atraviesa la bocana de Puerto Lumbreras mientras la tripulación se despereza. Tras reponer fuerzas y provisiones nos hacemos de nuevo a la mar. El tiempo sigue su curso implacable, ya se intuye el fin de la singladura cuando “Antoñete” grita…¡¡¡Alacaaant a la viiistaaa!!!
Sin esfuerzo alguno invadimos el “Bodegón de la Playa” donde saciamos el apetito. A falta de ron la cerveza corre a raudales entre generosos platos de pescaíto, fidegua y arroz con tropezones. La tripulación llena de júbilo disfruta de rebosante camaradería.
Acto seguido, una breve incursión por las calles de Santa Pola nos lleva hasta las mismas murallas del castillo, confundidos entre la muchedumbre nos colamos en su interior, escrutando todos los rincones, observando rostros y tomando buena nota de todo lo que se ve y escucha. Mañana será otra cosa…Al anochecer asaltamos la posada Hollyday, junto a la taberna del Tuerto donde velamos armas y encontramos reposo.
Amanece, el gran momento ha llegado, se afilan cuchillos y repasan estrategias. Suena el primer cañonazo que desata el alboroto y comienza el ruido de sables…¡¡¡Al abordaaaje!!! Se lucha cuerpo a cuerpo, pierna contra pierna, codo con codo…¡¡¡Esto es una carnicería!!!. El olor a humedad y sudor mezclan sus fragancias y un tufillo a tigre lo impregna todo. Los elementos no acompañan, no hace viento…pero llueve y llueve.
Los minutos pasan lentamente, cada uno pone en marcha el plan que tan concienzudamente ha venido elaborando en los días previos. El cansancio comienza a hacer mella. De babor a estribor y de proa a popa comienzan a aparecer los primeros de heridos graves, algunos cadáveres han desaparecido por la borda y son pasto de los tiburones. Se exige un último esfuerzo y por fin la anhelada recompensa…finaliza el combate.
En el rostro de los supervivientes se aprecia el cansancio mezclado con la satisfacción. La tripulación se concentra en el lugar previsto. El capitán “Malospelos” hace recuento de su tropa…no ha habido bajas.
Es hora de recoger el preciado botín que se reparte en proporción al ardor puesto en la batalla. La parte del león se la llevan el grumete “Fonso” (quinto puesto en categoría promesas con 1:17:22); los hermanos “Bomber´s (José Antonio 1:17:34 y David 1:21:22) ; “Currito Saltacerros” (1:19:08) y los “Castreños” (Juan 1:21:01, Paco 1:22:26 y Rafa 1:23:16).
Quien más y quien menos también llevan bien repletas sus alforjas, “Patapalo” 1:33:13 mejor marca personal…¡¡¡a sus años!!! al igual que Vicente “Argamasa” que pelearon juntos hasta el final. Los demás lucharon como jabatos contra el enemigo y los elementos y en justa medida recibieron la parte correspondiente.
La gente se abraza pensando en el viaje de regreso, que se presenta complicado, al aire y el viento se suma ahora la nieve. Se sueña con la vuelta al hogar para gozar del merecido descanso y con una historia más que poder contar algún día a los nietos.
Rafael Pérez.
CLASIFICACIONES CD MEDIA LEGUA