El domingo 8 de mayo amaneció soleado y lleno de polen de olivo, pero LOS INCOMBUSTIBLES partieron a disputar la XXV Carrera de los Califas en Córdoba.
Lo de siempre: las prisas, el aparcamiento, los dorsales, las lañas, las fotos; y algo distinto: un minuto de silencio en honor de Severiano Ballesteros. Más de trescientos respetuosos atletas apiñados en poco más de cien metros de la avenida de Guerrita. De pronto, salimos enloquecidos, ¿por qué vamos tan rápido?, la piña de la salida se convierte en una larguísima serpiente por las calles del poniente cordobés, el presi nos echa fotos (no comentéis mi estilazo atlético, por favor), cómo corren los tíos, qué lento voy, y ¿ya han pasado estos diez kilómetros, que han sido más duros que los de la sudadísima última media maratón de Málaga?, llegamos todos poco a poco, cogemos la estupenda bolsa, la ganadísima cerveza, nos sentamos a comentar los kilómetros más interesantes (los futboleros comentan las jugadas, no vamos a ser menos nosotros), relajación, ¿nos vamos, que nos constipamos?, venga, pero antes nos ponemos la camiseta de los Califas, para presumir delante de la familia, ¿qué os parece si vamos a Alcalá el sábado 28?, antes no, que estoy alérgico perdido…
Y ahora la estadística: enhorabuena a todos, empezando por el sonriente Zait Ait Malek, que fue 4º en la clasificación general (y 2º en su categoría), después el joven Samuel Molina, que tiene futuro en el atletismo, luego Pepe Pavón, que bate plusmarcas personales en cada carrera, sigue el ágil Carlos Triguero, más tarde el grupillo de Cristóbal Luque, el narrador de estas líneas y Antonio García, a continuación Antonio Gutiérrez, otra joven promesa de nuestro club, Luis Muñoz, que puede con todo, y dos excelentes corredoras que son Rosa Sánchez y Encarni Castro, que ya han participado en varias carreras (las recuerdo tranquilas bajo el tormentón que nos cayó el año pasado en Aguilar) y son un buen ejemplo para todos nosotros. También, enhorabuena a la organización.
Erasmo Hernández González