Tres coches cargados de Medias Leguas soñolientos salían por las calles de Baena en las tempranas horas de este domingo para llegar media hora después a la noble (pienso en el Gran Capitán y el Inca Garcilaso) y dormida ciudad de Montilla. Aparcaron cerca del Pabellón Municipal de Deportes, para participar en la VII Carrera Popular María Auxiliadora, con un recorrido de 10.000 metros en cuatro vueltas a un circuito de 2.500 mts., organizada por los Salesianos y patrocinado por el Ayuntamiento.
La rutina tan importante se repite: Jesús recoge los dorsales y nos los colocamos bien centrados, con sumo cuidado para no pincharnos con las lañas y para que se vea el logotipo de nuestro club.
Reconocemos a los de siempre: Nuestros amigos del “Amo Allá” de Aguilar, el Club Maratón de Lucena, los Trotasierra, Atletismo de Montilla y otros muchos; también hay corredores de otros clubes menos conocidos y muchos independientes, bastantes montillanos entre ellos. Nosotros somos catorce (doce adultos y dos niños), pero ¡qué catorce! A lo lejos vemos a Pedro Artajo, el jerezano, nos saludamos, nos fotografía y nos reímos con él.
Había buen ambiente, temperatura agradable y música estupenda, porque alternaba el siempre presente Papa americano (a un volumen tolerable) con éxitos de mi juventud, como algunas melodías de Queen (mezclaba un señor madurete como yo, por suerte), y reinaba la tranquilidad precisa para disfrutar del atletismo de fondo.
De pronto, casi sin enterarnos, a las nueve y media, empezamos a correr por unas calles llanas y anchas en un circuito muy cómodo y en menos de cincuenta minutos acabamos todos, con las sensaciones habituales de plenitud y felicidad que conseguimos en estas carrerillas medio largas. A lo lejos, delante, veíamos a Alberto Rojas (3º en su categoría, enhorabuena), Jesús Morales, Jesús Ortega, Manuel Gutiérrez (un joven de 16 años que es un galgo), Francisco Ortiz (premiado también), Manuel Arjona, Antonio Arjona, Valerio Zafra, Juan Ortega y al incombustible Rafael Pérez, ese veteranísimo que nos ganó a casi todos. Corrí con el generoso Cristóbal Luque, al que no le importó esperarme. Participaron con mucho interés los niños Ángel y Adrián Valenzuela Estévez (3º en categoría chupetes) repitiendo pódium de Priego.
Llegamos todos (unos doscientos) y nos dieron, con un orden relajado y rápido, la camiseta, el agua, el dulce, el zumito, la manzana, el plátano, un rico pan con aceite, y… a comentar la carrera con los amigos, que parecíamos una mancha azul, a la que ya se van acostumbrando en los pueblos de Córdoba, mientras esperábamos las clasificaciones, que no tardaron mucho. A todos nos ha gustado mucho esta carrera y su excelente organización.
Volvimos con otra aventurilla y con una camiseta nueva..
Montilla o el final de la primavera.
Fdo. Erasmo Hernández González